El territorio que comprende el actual municipio correspondió desde los inicios de la conquista y la colonización a la Villa de San Salvador de Bayamo, como parte integral de la llamada costa norte de dicha demarcación. No es hasta el siglo XVIII en que Holguín es distinguida con el título de Ciudad, dado el desarrollo que va alcanzando en su poblamiento y economía, por lo que obtiene el 18 de enero de 1752, por Real Cédula de Fernando VI la condición de Ayuntamiento. Chaparra, desde entonces, pasó a esta jurisdicción. En 1756 el Obispo Morell de Santa Cruz visita Holguín y consignó la existencia de 56 haciendas de ganado mayor y menor, 48 de menor, 42 vegas y 36 estancias. También que el resto de las tierras, aunque muy fértiles, de aguadas y abundantes pastos, se hallaban despobladas por falta de operarios para su cultivo, así como que sus pobladores vivían en gran miseria, especialmente los asentados lejos del camino real.

Por la posición geográfica se hizo posible el poblamiento de nuestra region con la presencia aborigen, los cuales no eran autóctonos de la región sino que vinieron de diferentes lugares y se asentaron aquí, sin descartar el hecho de que viviesen grupos primitivos con rasgos peculiares. Su entrada a la zona y áreas aledañas se enmarca aproximadamente en el año 850 d.n.e. También su permanencia hasta fechas posteriores a 1510, momento en que se inicia el proceso de conquista y colonización que puede apreciarse en los residuales encontrados como muestras del contacto de la cultura aborigen y la hispánica. Los grupos agricultores ceramistas aquí encontrados son de comunidades que arribaron con un determinado grado de desarrollo adquirido desde su salida del continente y su paso por las Antillas.

Como leyenda tenemos la hermosa historia de una bella india llamada Chaparra que vivió en este sitio, recorría los bosques y engalanaba su cuerpo con flores silvestres. Frecuentaba el caudaloso río y se bañaba en sus cristalinas aguas. Era la admiración de la tribu. Un día enfermó gravemente y la tristeza embargó a todos. Poco tiempo después murió y su cuerpo fue enterrado en el bosque donde había nacido, muy cerca del río. Desde entonces este paraje se llamó Chaparra en honor a la bella india.

La realidad es que el vocablo Chaparra es de origen vasco o vascuence, lengua hablada por los naturales de la provincia española de Vizcaya y de los pobladores del departamento francés de los Bajos Pirineos. Se escribe TXAPARRA y significa mata, árbol o arbusto de encina o roble como principal acepción. árbol de poca altura y poblado de ramas, cupulífero, que produce bellotas y cuya madera es muy dura y compacta. Arbusto malpigiáceo de la América Central, de ramas nudosas, flexibles y resistentes, propias para hacer bastones.

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