La etapa más fructífera en la vida del líder azucarero Jesús Menéndez Larrondo se enmarca entre la constitución de la Federación Nacional Obrera Azucarera el 21 de octubre de 1939, donde fue elegido Vice-secretario General, hasta el día que se apaga la luz de su existencia física el 22 de enero de 1948.

Pobladores del municipio chaparrero rindieron homenaje al General de las Cañas este 23 de enero, evocando la obra de quien desplegó todo su empeño en dignificar y alcanzar mayores niveles de vida para los obreros de la primera industria cubana. En el encuentro se significó las visitas del dirigente obrero a Chaparra, donde desplegó una intensa labor, no sólo en el batey del ingenio, sino que llegó hasta las colonias de Rojas, Laguna Blanca, Laza y Tronconera.

Al entrevistarnos con algunos de los presentes rememoraron las ocasiones en que se reunió con la dirección del Sindicato Azucarero, con los integrantes del Partido, con los líderes proletarios de la localidad, como José Raymundo Martínez, Carlos Cué y Antonio Ramírez, entre otros.

El General de las Cañas, como lo llamara el Poeta Nacional Nicolás Guillén en la Elegía que le dedicó, no fue autorizado a recorrer el interior del central, apreciar la potencia de sus maquinarias. Ver sus departamentos, el espacioso patio, los tachos, los basculadores, el piso de azúcar. Se le negó esa oportunidad.
Entonces, imperturbable, se paró en la plaza aledaña y dijo una simple pero profética frase: Algún día entraremos por esas puertas como dueños.

El 22 de enero de 1948, el líder de los trabajadores azucareros Jesús Menéndez Larrondo resulta asesinado por la espalda en la estación de ferrocarriles de la oriental ciudad de Manzanillo. A pesar de haber caído ante las balas asesinas hace ya 75 años, se mantiene vivo en la memoria del pueblo y es fuente de inspiración de las presentes y futuras generaciones de cubanos.

Texto: Sandra Ochoa Carpintero.

Periodista de la Emisora Radio Chaparra “La voz de la comunidad”.

Tomado de CMLB Noticias