Por MSc. Rafael Eugenio Pérez Grave de Peralta.

Los chaparreros y chaparreras en sentido general somos personas muy activas, entusiastas y emprendedoras, pero sin lugar a dudas en los últimos tiempos ha decaído su identidad colectiva. Por diversas razones que son archiconocidas y que tiene su máxima expresión en el proceso de reconversión de la industria azucarera, a partir de estas premisas la concepción de sus habitantes como municipio se ha deteriorado un tanto.

Este nuevo estado de los pobladores de este territorio, fue identificado por el Centro Universitario Municipal Jesús Menéndez, y se crea y desarrolla un proyecto conocido por ¨Fortalecimiento de la Identidad Local¨.

El objetivo supremo, de este proyecto es fortalecer la identidad a partir de la documentación y socialización de la historia de la localidad.

En este sentido se trabaja para conformar las historias de entidades laborales, comunidades o personalidades que se destacan en su vida social y laboral o que en algún momento de su vida dieron su aporte significativo al proceso revolucionario cubano desde diferentes encargos y que su quehacer merece ser plasmado en artículos o monografías que puedan luego socializarse y conservarse para futuras generaciones de chaparreros.

La historia local representa además un acercamiento de la historia nacional que a la vez la refuerza. Es muy favorable poder ubicar los hechos y figuras en el entorno de los estudiantes, siempre que sea posible, que el ejemplo de la figura nacional esté acompañado por el hecho y la figura local, con todas sus virtudes y defectos, pero tal vez con más luces que manchas.

Si a los educandos solo se les propone una historia con hechos y figuras nacionales, sin mostrar lo mucho o lo poco que hizo el entorno, verán siempre esta materia lejana, más de literatura, más inmaculada, tal vez algo para aprender y aprobar en sus evaluaciones, no para imitarla por verla factible, probable y de un valor indiscutible.

Si se juntan ambas historias, la lejana y la más cercana y se aborda de una manera coloquial e inteligente, será más real para los estudiantes, si se identifica el hecho con su vecino, con su pariente, en fin con un chaparrero real y cercano, existirán más razones para que los educandos lo incorporen a su personalidad como un sentimiento, como un valor que además denota la utilidad y posibilidad de ser como ellos, como fueron otros, cada uno en su momento y por eso trascienden y no han dejado de ser todavía.